viernes, 10 de junio de 2011

Mis pesadillas

 Cuando estoy nerviosa sueño cosas raras, me ha pasado siempre. Algún día os contaré mi sueño del mamut, y el de las tortugas... pero los que os quiero contar hoy son más recientes.

Os cuento un par de sueños que tuve los días previos a empezar mi residencia... y vosotros decidís cuál de los dos os parece más aterrador...

Una de zombies: claramente, era una película de zombies, muy parecido a Soy leyenda (una película fantástica que os recomiendo a todos... si la podéis aguantar, que conozco alguno que no pudo terminarla, jeje). En fin, estaba yo en una ciudad lleeeeeeena de zombies y me iba encontrando gente “normal”. Así que le iba diciendo a todo el mundo que me siguiera, que íbamos al supermercado a coger comida y armas y me los llevaba a mi casa, super preparada para un ataque zombie.



No pasé nada de miedo, fue divertido. Y por cierto, los pocos zombies que salian en el sueño... nos ignoraban vilmente. Muertos vivientes, hay que ver lo sosos que sois, así no comeréis cerebro en vuestra vida... muerte... o lo que sea...

Una de ex-novios: este sueño se desarrolla en “el pasado”. Vuelvo a la época en que regresaba de Oviedo. Me encuentro a mi ex-novio El Pendón, y me dice que qué fuerte que no le haya avisado de que volvía de Oviedo, que qué clase de novia soy! Y yo diciendole que ya no soy su novia, que ya se lo dije, que ya tengo novio nuevo y blablabla. Total que el tío me ignoraba, y yo toda la noche sufriendo, pensando que mi Super-Chico se lo tomaría fatal y que como le iba a justificar ahora que había sido “bígama” durante todos esos meses. Ahí sí, que lo pasé mal!
Alguien debería sacrificar a los ex-novios, que no dan más que problemas, aunque solo sea oníricamente.

lunes, 6 de junio de 2011

Mi primera guardia

Sobreviví. No solo eso, salí de la guardia encantadísima. Me lo pasé en grande por múltiples razones...
  1. Poder atender yo sola a los pacientes: hasta ahora en planta visitamos en equipo y sigo pintando más bien poco, por lo que me fascinó eso de tener “mis” pacientes.
  2. Se te pasa el tiempo volando: empezando a las 9:00, la primera vez que miré el reloj eran las 13:34.
  3. El ambiente es simplemente perfecto: mis R grandes nos ayudaron muchísimo y tanto ellas como el adjunto, son de lo más divertidas, hacen que el rato que descansamos para comer y cenar (a las 16:00 y 24:00 respectivamente) sean casi perfectos. La pena es que cada día vamos a estar con un grupo de guardias distinto... a ver que tal los otros. Los técnicos de ambulancia también son buenísimos, no solo te orientan respecto lo que tiene el/la paciente, además te hacen bromas, charlan un rato contigo,... monísimos.

Y como en cualquier guardia, hay momentos surrealistas... Por ejemplo, me llega la ficha de mi siguiente paciente. Leo el motivo de consulta. “Mujer con enfermedad autoimmune consulta por heces extrañas”. Sin ningún otro síntoma, ni dolor abdominal, ni diarrea,... solo sus cacas raras.
Se me quedó una cara de tonta que no me lo podía imaginar, me rallé bastante pensando qué puñeteras pruebas podía pedirle.
Entro a la paciente y se me presenta allí con sus cacas en un tupper. Para que las vea. Para que las analice. Perfecto! Es que parece una novatada pero no, no lo es. La mujer quería que analizase sus cacas en el tupper.
Tras una analítica general y una placa de abdomen perfectamente normales, le doy el alta y le mando a controles con su médico habitual. Y sobretodo... que no se olvide el tupper en mi consultorio!!!

En fin... a ver la siguiente que aporta.

PD. Por cierto, también tengo que contaros que me quedé dormida. Durante la noche, dividimos el grupo de guardia en dos, para poder dormir unos la primera parte de noche y los otros la segunda. Yo dormía en la segunda, así que por la mañana podía irme directamente, a partir de las 9:00.
A las 5:30 me tumbo en la cama y pienso “j***r menuda cama más incomoda! Aquí no voy a poder dormir”. Me doy media vuelta, y cojo el móbil para poner la alarma a las 9:00... y me dormí antes de poner la alarma. Me desperté a las 10.30 y me fui corriendo al piso, donde me esperaba mi Super-Chico preocupadísimo. Soy un pequeño desastre.