Sarcoramphus papa ovetensis

O lo que viene a ser lo mismo, los buitres que corren por Oviedo... os cuento un par de ejemplares que encontré por ahí.

El primero, el buitre vulgar. O lo que es lo mismo un intento de ligue de discoteca, que evidentemente se quedó en eso, un burdo intento. A ver niño, varias cositas...

1. No se entra a una chica preguntando la hora.
2. No se entra a una chica mientras tu amigo mira desde la barra (que quereis que os diga, a mi el pobre amigo abandonado me daba penita)
3. Si preguntas a una chica que si quiere dar una vuelta y te dice que no, no preguntes ¿por qué? Pues tenia varias respuestas para ti: "porque no me gustas" o "porque no soy una chica tan fácil" o "porque me gusta mi mejor amigo"... Cuál te gusta más? Tengo que reconocer que yo, considerada y simpatiquísima como solo yo puedo ser, me contenté con un poco lógico: "porque he venido con mis amigos".
4. A mi no me impresionas contándome que eres cocinero, de hecho les tengo una manía especial.

Aún así... tengo que darte las gracias, porque me permitiste volver a ver ese famoso método... y comprobar que todavía sé como escapar...

Otro buitre que me encantó, fué un poco más literario. Mi propio Don Álvaro. Para los que no hayáis tenido la gran suerte de leer La Regenta de Leopoldo Alas-Clarín, os resumiré el personaje diciendo que es el típico galán de novela. De esos que siempre tienen un piropo a mano, que siempre estan demasiado cerca,... Y en algunas ocasiones, que tienen la novia demasiado lejos...

Don Alvarito, conmigo esos jueguecitos no funcionan, tendrá que buscarse otra Ana. Pero bueno... las atenciones recibidas, los chupitos gratis y todas esas DonJuanadas fueron de lo más divertidas, no hay mal que por bien no venga.

To sum up, los buitres también pueden ser divertidos un rato... y además, un subidón de autoestima momentáneo. Pero apostaría lo que queráis a que nunca consiguen la chica.