jueves, 14 de abril de 2011

El chico "oh, si, nena"

Supongo que antes de empezar con el rollo mi tropiezo con el chico "oh, si, nena" debería contaros un poco nuestra historia.

Hace ya unos años, yo era una gran seguidora de un pequeño equipo de baloncesto. No me perdía ni un partido, ya podía tener exámenes, estar enferma o lo que fuese.
En ese equipo jugaba “oh, si, nena”, OSN de ahora en adelante. El motivo de este mote es un poco raro. Para que lo entendáis, es un chico que se gusta mucho a si mismo. Y lo demuestra siempre que puede. Así que en los partidos no puede evitar desnudarse siempre que tiene ocasión y así lucir abdominales. Y si no puede despelotarse (que no es algo frecuente en los partidos de baloncesto) encuentra otros métodos para mostrarse. Su favorito es, subirse la camiseta pasando leeeeeentamente la mano por su tripita perfecta. Y en ese preciso instante, es cuando se le pone la cara “oh, si nena”... y evidentemente, cada vez que OSN hacía este gesto durante el partido yo soltaba un “ooooh, si, nenaaaaaaa”.

Debo decir a su favor, que sus abdominales lo justificaban todo. Marcados sin ser asquerosos... y lo más importante, simétricos!
Llamadme rara, pero prefiero una capa de grasilla antes que unos abdominales asimétricos, y os prometo que hay más de los que pensáis...


Abdominales asimétricos... feos.


Ya sabéis como conocí a OSN. Ahora os falta saber como me conoció él a mi. Según me contaron sus no-tan-buenos amigos, el chico iba a mi instituto. Yo ni me fijé en él, por el simple hecho de que es un par de años menor que yo. Pero él sabía mis horarios de clase y donde pasaba yo “mi recreo”.

Así que, podéis ver que nos conocemos a medias. Nunca habíamos hablado. Hasta hace unos días.

Al empezar en el gimnasio me lo encontré un par de veces. Y pensé, mira, el chico OSN en todo su esplendor. Y la verdad, es que lucía bastante bien con sus pesas y su chándal. Pero no podía ser perfecto, no podía simplemente estar ahí para decorar el gimnasio. Tenía que ser también “monitor”. Y evidentemente, tenía que ser el que estaba ahí el día que yo tenía que recoger mi rutina de máquinas. Y tenía que ser él el que me explicara como funcionaba todo. Enseñándome a hacer abdominales, como si fuese muy difícil.

Así que mi primera (y última) conversación con el chico OSN fue:

YO: perdona, me puedes enseñar los abdominales? (En serio? No tenía una frase mejor?).
OSN: clarooooo, mira, es muy fácil... (No fué fácil, a lo mejor para él y sus perfectos cuadraditos si, pero yo tuve agujetas un par de días....)

Se tumba en el suelo, me cuenta cuatro chorradas y lo termina con alguna frase típica del estilo: si tienes alguna duda, me preguntas.

Y ya está. Dos temporadas viéndole jugar cada domingo, y él un par de años observándome en el patio del instituto.... y nuestra relación empieza y acaba así.

Esto en las pelis NO es así!!

3 comentarios:

Molon labe dijo...

En las pelis la chica hubiese tenido una lipotimia.. en las de Disney en otras senzillamente hubiese dicho "Enseñame ese peazo monomusculo que tienes..."....

La Ardilla Voladora dijo...

Piensa que así es mejor, ¿y si resulta que hablas más con él y lo único que tiene son los abdominales perfectos?

Mejor conservar el recuerdo de sus cuadraditos que confirmar que el resto no acompaña.

Un beso, guapa.

Caparina dijo...

Molon: así que la culpa fue mía, por no decirle una frase más "insinuante" :D

Ardilla: cierto, mejor me quedo solo con sus cuadraditos, que dudo que el resto los supere. Mua!!